Ya sabéis de qué va la historia, ¿no? Los pobladores de Los Barrios se rebelaron contra el proyecto del equipo de gobierno municipal por abrir la veda a la explotación de la finca La Gertrudis cercana al Parque Natural “Los Alcornocales” por parte del capital privado.
¿Qué dice el Ayuntamiento a todo esto, amparándose en su conocimiento del Parque Natural y en la constatación de las paupérrimas condiciones de calidad medio ambiental y alto índice de desempleo en las que viven sus vecinos? Que los barreños no están preparados para apreciar su gestión. Que están perdiendo la oportunidad de hacer negocios y de desarrollar su región como han hecho en otras partes de España. Qué lerdos son. Así se van a quedar pordioseros de por vida.
Dice el alcalde de Los Barrios que a algunos miembros de la plataforma les han comido el coco los ingenuos barreños de la zona. Son buena gente, pero de limitadas entendederas. Se han dejado engatusar por una minoría de resentidos y nostálgicos comelechugas.
Peste del perroflauta del juez, ¿verdad? Uno se desvive por llevarles riqueza y bienestar y ellos, ¿cómo lo agradecen? Mordiendo la mano dadivosa que les da de comer. Sí, señor, tienen lo que se merecen. Que se pudran en su miseria, ya nos llevaremos las inversiones a otras regiones donde sepan apreciarlas.
Que nos vinieran con estas hace unos años, mal. Pero que nos venga ahora, con la que está cayendo. Que nos digan que los que se oponen al modelo del PSOE de Los Barrios que ha generado este caos económico. Son una minoría, o sea, que si yo me niego a que contaminen el Parque Natural, soy un pueblerino y un inculto, ¿no? Bravo, alcalde, bravo.
¿Queréis otro chiste? Ya sabéis que el equipo de gobierno de Los Barrios está empeñado en montar un mini casino ambiental, con ruleta rusa incluida en nuestro pueblo, aunque la cosa está muy turbia, porque parece que los presuntos inversores se han percatado de los problemas judiciales que tienen Los Barrios, y el asunto huele al timo de la estampita. Bueno, si el problema fuera que con una licencia de desbroce se les permitiera hacer un polígono industrial no tendría ningún problema. La cosa que antes estaba prohibida, ahora es legal como todo, la respuesta del ayuntamiento, podría ser, que la sentencia judicial no es valida, que sólo es de prueba, el Homer Simpson de Los Barrios, se ha limpiado con los informes de los técnicos, cuestiona públicamente la competencia de los profesionales que lo han hecho y, muy gallito, ha ninguneado la opinión de todos los barreños. Bueno, y si es “un pelotazo frustrado”, ¿qué? Para que sea frustrado lo tiene que hacer Antonio Rodríguez, y eso sólo lo puede hacer muy poquita gente en España. Vamos, que aquí mando yo y vosotros, a callar. Acto seguido, se somete la licencia de desbroce a votación. Y tan pancho.
Así se hacen las cosas, hombre. Nosotros sabemos lo que le conviene al pueblo. Este hatajo de ignorantes, no saben los sacrificios que hacemos por ellos, por llevarles el progreso y la riqueza de las industrias pesadas. El señor alcalde no se ha achantado, no como la anterior alcaldesa o como el anterior alcalde, perdonarme, pero ya no sé cuantos alcaldes lleva en Los Barrios en una legislatura. Él los tiene bien puestos. En la refinería le van a hacer socio de honor.
http://www.noticiasdelavilla.net/noticias/38/opinion/5038/senorita-gertrudis.aspx
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miércoles, 28 de julio de 2010
miércoles, 14 de julio de 2010
UNA DE MEDICOS, POR FAVOR.
Hora y media en una incómoda silla de plástico he esperado esta mañana en el ambulatorio para ser atendido por mi médico. Total, tan sólo para que me diera una cita con un especialista, que seguramente me darán para dentro de seis o doce meses y, se quedan tan tranquilos. Por eso, hoy me siento con derecho a ser yo. En el periódico de esta mañana en una nota de prensa de Adusas que exigía la apertura del nuevo centro de salud que se les prometió a los barreños desde el 2007, también esta misma asociación de usuarios del servicio sanitario está preocupada entre otras cosas porque faltan médicos en Los Barrios para dar un servicio digno, dato corroborado por la saturación de mi centro de salud. En fin, ya sé que es mezclar churras con merinas, pero hoy me siento acalorado: ¿no estarían mejor aprovechados esos millones de euros aportados a Los Barrios desde el 2007 en ampliar plantillas y horarios de los sufridos centros de salud de Los Barrios, o incluso para contratar a más especialistas y que mi cita no se retrase seis meses dado que se puede agravar mi enfermedad? ¿Una plaza de toros, o un equipo de Baloncesto, o de futbol,.., es más importante que la salud de los barreños? ¿Con qué cara nos dirá el actual alcalde que no hay recursos para atender a las demandas sanitarias? ¿Estará en el programa electoral del PSOE en las próximas elecciones como lo fue en el 2007?
¿Se debe sacrificar el bienestar de un pueblo por el antojo de un equipo de gobierno? En fin, ahí lo dejo caer, aún a riesgo de ser calificado como ya me tienen acostumbrado.
Al margen de esto, esta mañana, en la sala de espera, me ha dado tiempo de leer la prensa, la escasa oferta de trabajo, de terminarme la revista Natura que llevaba a medias, y de observar con detenimiento a la fauna circundante. Algunas escenas propias de un documental de National Geographic o del salón de plenos de Los Barrios:
-La depredadora que engatusa con piel de cordero, gritando indignada por la tardanza del pago de las nóminas, mostrando su más plena solidaridad con la manada, para colarse después por una rendija y saltarse cuatro turnos en la cola mientras los concejalillos miran en la puerta estupefactos.
-El elefante marino entrado en años y en kilos, con acento del sur en estas frías tierras árticas, que se pavonea de un lado a otro, buscando enemistarse con otros machos para llamar la atención de una hembra reumática y que responde al nombre del Chaparrín de los Alcornocales. Exhibe la más cruel de las indiferencias ante las evoluciones del macho dominante.
-El patito feo o hijo desgraciado de Cepsa que acompaña a su secretario inhabilitado en ese difícil trance buscando así ganarse un amor mil veces negado, pero que sólo consigue ser arrojado a un rincón con la frase: "Tu compañera sí que es buena y lista, no como tú".
-Por último, he constatado una plaga mucho más dañina y peligrosa que la del mejillón cebra: las de la señora-reloj. Habitan las salas de espera de todo tipo de consultorios y se caracterizan por gritar cada minuto: "Hay que ver, qué horas, y yo llevo aquí desde las nueve". Al cabo de un rato, descubres que la señora tenía cita para las diez y media. ¿Por qué, entonces, llevaba allí desde las nueve? Elemental, querido: para cumplir su objetivo biológico, que no es otro que el de joder la marrana a todo ser vivo que se cruce en su camino.
Y así, he pasado la mañana, tal como suena.
http://www.noticiasdelavilla.net/noticias/38/opinion/4932/una-de-medicos-por-favor.aspx
¿Se debe sacrificar el bienestar de un pueblo por el antojo de un equipo de gobierno? En fin, ahí lo dejo caer, aún a riesgo de ser calificado como ya me tienen acostumbrado.
Al margen de esto, esta mañana, en la sala de espera, me ha dado tiempo de leer la prensa, la escasa oferta de trabajo, de terminarme la revista Natura que llevaba a medias, y de observar con detenimiento a la fauna circundante. Algunas escenas propias de un documental de National Geographic o del salón de plenos de Los Barrios:
-La depredadora que engatusa con piel de cordero, gritando indignada por la tardanza del pago de las nóminas, mostrando su más plena solidaridad con la manada, para colarse después por una rendija y saltarse cuatro turnos en la cola mientras los concejalillos miran en la puerta estupefactos.
-El elefante marino entrado en años y en kilos, con acento del sur en estas frías tierras árticas, que se pavonea de un lado a otro, buscando enemistarse con otros machos para llamar la atención de una hembra reumática y que responde al nombre del Chaparrín de los Alcornocales. Exhibe la más cruel de las indiferencias ante las evoluciones del macho dominante.
-El patito feo o hijo desgraciado de Cepsa que acompaña a su secretario inhabilitado en ese difícil trance buscando así ganarse un amor mil veces negado, pero que sólo consigue ser arrojado a un rincón con la frase: "Tu compañera sí que es buena y lista, no como tú".
-Por último, he constatado una plaga mucho más dañina y peligrosa que la del mejillón cebra: las de la señora-reloj. Habitan las salas de espera de todo tipo de consultorios y se caracterizan por gritar cada minuto: "Hay que ver, qué horas, y yo llevo aquí desde las nueve". Al cabo de un rato, descubres que la señora tenía cita para las diez y media. ¿Por qué, entonces, llevaba allí desde las nueve? Elemental, querido: para cumplir su objetivo biológico, que no es otro que el de joder la marrana a todo ser vivo que se cruce en su camino.
Y así, he pasado la mañana, tal como suena.
http://www.noticiasdelavilla.net/noticias/38/opinion/4932/una-de-medicos-por-favor.aspx
viernes, 2 de julio de 2010
EL ÚLTIMO GENTLEMAN
-¿Qué tal Los Barrios? -me dijo anoche un amigo.
Me gustó la pregunta por dos motivos: porque me invito a una cerveza y porque no preguntó "¿Qué tal por Los Barrios?". En definitiva, no se interesó por mi visita en el pueblo, sino por el pueblo. En la sutileza está la elegancia. Poner o quitar una preposición puede marcar la diferencia entre un tío borde y uno con clase. Lo único que le pude responder es que por aquí la cosa estaba mal, antes de que se apagaran las luces de la plaza donde se inicio la conservación. La rutina de costumbre.
Como soy desaliñado, bebedor y algo autodidacta no es de extrañar que lea poco y mal, por eso, muchas de mis anécdotas no tienen sentido con dos cervezas de más, pero para lo que quiero decir es más que suficiente, ya que el pueblo no es tierra para viejos.
Es cierto que en los relatos históricos se tiende a subrayar lo explícito. Es la forma más eficaz de contar lo ocurrido. Sin embargo, lo implícito, la dignidad aristocrática, no queda reflejada. Un caballero puede hacer auténticas barbaridades, pero seguramente no lo hará indiscriminadamente. Podrá ser lo que tú quieras, pero nunca se acercará al plebeyo.
Hay más diferencias entre un caballero y un plebeyo: un caballero se destaca cuando corresponde, sabe cuándo debe alzar la cabeza y cuándo agacharla en reverencia, y siempre ha de estar dispuesto a hacerse a un lado cuando reconoce el talento. Básicamente, un caballero o un hombre gentil, como dicen los ingleses, se rige por una única norma no escrita: hacer sentir bien a quienes le rodean, pero con discreción. Sin emociones de ningún tipo. Es una cuestión de saber: un halago desmedido o a destiempo puede incomodar más que un reproche. El gentleman debe arropar y proteger, nunca ahogar ni asestar a sus compañeros.
Son refinamientos que pueden aprenderse, pero hay quien nace con ellos. Y Montedeoca los lleva ya de fábrica. Su caballerosidad y su vocación de hombre gentil se explican con su obra y su vida política. Simplemente, en su primer día como alcalde anunció una reducción de la plantilla municipal porque el paro es muy bajo en Los Barrios. Es la parte más brillante de su grandeza, reconocer su postura, su elegancia, y su delicadeza al tratar los problemas de los barreños es digno de admirar. Es un caballero impecable que nunca desentona, aunque sea las tres de la tarde.
Luego están sus declaraciones en los medios de comunicación, claro, es su faceta genial, su condición legendaria en el PSOE, ha ocupado el puesto de honor entre los alcaldes de Los Barrios.
Se puede apreciar su experiencia en el ayuntamiento, su caballerosidad ante sus compañeros, es destacable, y yo me siento tocado por ella.
http://www.noticiasdelavilla.net/noticias/38/opinion/4853/el-ultimo-gentleman.aspx
Me gustó la pregunta por dos motivos: porque me invito a una cerveza y porque no preguntó "¿Qué tal por Los Barrios?". En definitiva, no se interesó por mi visita en el pueblo, sino por el pueblo. En la sutileza está la elegancia. Poner o quitar una preposición puede marcar la diferencia entre un tío borde y uno con clase. Lo único que le pude responder es que por aquí la cosa estaba mal, antes de que se apagaran las luces de la plaza donde se inicio la conservación. La rutina de costumbre.
Como soy desaliñado, bebedor y algo autodidacta no es de extrañar que lea poco y mal, por eso, muchas de mis anécdotas no tienen sentido con dos cervezas de más, pero para lo que quiero decir es más que suficiente, ya que el pueblo no es tierra para viejos.
Es cierto que en los relatos históricos se tiende a subrayar lo explícito. Es la forma más eficaz de contar lo ocurrido. Sin embargo, lo implícito, la dignidad aristocrática, no queda reflejada. Un caballero puede hacer auténticas barbaridades, pero seguramente no lo hará indiscriminadamente. Podrá ser lo que tú quieras, pero nunca se acercará al plebeyo.
Hay más diferencias entre un caballero y un plebeyo: un caballero se destaca cuando corresponde, sabe cuándo debe alzar la cabeza y cuándo agacharla en reverencia, y siempre ha de estar dispuesto a hacerse a un lado cuando reconoce el talento. Básicamente, un caballero o un hombre gentil, como dicen los ingleses, se rige por una única norma no escrita: hacer sentir bien a quienes le rodean, pero con discreción. Sin emociones de ningún tipo. Es una cuestión de saber: un halago desmedido o a destiempo puede incomodar más que un reproche. El gentleman debe arropar y proteger, nunca ahogar ni asestar a sus compañeros.
Son refinamientos que pueden aprenderse, pero hay quien nace con ellos. Y Montedeoca los lleva ya de fábrica. Su caballerosidad y su vocación de hombre gentil se explican con su obra y su vida política. Simplemente, en su primer día como alcalde anunció una reducción de la plantilla municipal porque el paro es muy bajo en Los Barrios. Es la parte más brillante de su grandeza, reconocer su postura, su elegancia, y su delicadeza al tratar los problemas de los barreños es digno de admirar. Es un caballero impecable que nunca desentona, aunque sea las tres de la tarde.
Luego están sus declaraciones en los medios de comunicación, claro, es su faceta genial, su condición legendaria en el PSOE, ha ocupado el puesto de honor entre los alcaldes de Los Barrios.
Se puede apreciar su experiencia en el ayuntamiento, su caballerosidad ante sus compañeros, es destacable, y yo me siento tocado por ella.
http://www.noticiasdelavilla.net/noticias/38/opinion/4853/el-ultimo-gentleman.aspx
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