¡Cuidado! Vayan agarrándose, cierren puertas y ventanas, desconfíen hasta del cartero que siempre llama dos veces. Que si la cosa está chunga, que si vamos a vender España, que si patatín, que si patatán. La TV, la radio,… no hace más que inventarse historias para cubrir los minutos ociosos del verano. La crisis, la dichosa crisis ¿Quién no habla de la crisis? Y yo me pregunto: ¿Es para tanto? ¿De verdad la gente se ha quedado este año en su casa arrinconada y agarrada a los pocos ahorrillos que tenía debajo del colchón?
Las historietas que han ocurrido en este verano son siempre iguales que si los hosteleros se queja de lo mal que van las cosas. Cada vez que se pregunta al gremio, la respuesta es siempre la misma. También he de decir que este sábado, cuando quisimos invitar a nuestros amigos a pescadito frito en Cádiz, por poco no encontramos sitio. Y no porque los restaurantes estuvieran cerrados, sino porque no tenían mesas libres. Que si los españoles no viajan al extranjero, serán unos pocos que se quedan haciendo el ganso cada verano, porque, que yo sepa, el que no corre, vuela. Quien más o quien menos, se ha ido lejos de aquí. Que si la gente consume marcas blancas y prescinde de lujos al hacer la compra. Sí, claro, por eso el otro día en el supermercado había hostias para pagar en caja, etc.
A ver, que no dudo que el PIB vaya a pique, que el paro sea más de la mitad población activa y que el crecimiento del país no crezca durante años, ¡Aquellos maravillosos brotes verdes!, pero, hoy por hoy, y por mucho que en los medios de comunicación se empeñen, la crisis apenas se nota en la calle. La crisis lo notarán los ricos del ladrillo que en vez de ganar lo estimado para este año, ganaran lo mismo que el año pasado, pero dudo mucho que esté azotando ahora mismo a la peña. Y si un barreño que tiene el mismo trabajo por casualidad municipal que el año pasado, con el mismo sueldo, vivirá igual de bien o de mal que vivía el año pasado, y viajará y cenará por ahí con la misma alegría que entonces, cuando España era jauja. Vean los chiringuitos sin ir más lejos: todo el mundo protesta por los precios, pero no hay forma de encontrar mesa en ninguno, están a tope mañana, tarde y noche. No confundamos: que los bancos no dan hipotecas e impidan comprar una vivienda, no es sentir los efectos de una crisis, de la misma forma que un vaso de agua no es un lago. Seamos serios. Pero la crisis ha saltado de verano a verano, y en este verano, salvo unos toreros mosqueados porque hayan quitado los toros en Cataluña porque no son rentables como los fichajes del Real Madrid, no hay noticias. Y hay que llenar páginas y minutos de tele. Así que se pone tele basura, que este año viene espesa. A ver si cambiamos de canción, y si no están de acuerdo, ajo y agua para el gazpacho andaluz.
http://www.noticiasdelavilla.net/noticias/38/opinion/5169/los-barrios-is-different.aspx
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